EE UU ofrece $1,200 millones para combatir el coronavirus "si Maduro entrega el poder" (+65 millones de adictos)

Agencias

El Gobierno de Estados Unidos anunció que está dispuesto a levantar las sanciones contra Caracas y enviar ayuda humanitaria por $1,200 millones en el marco de la pandemia del coronavirus que según la propaganda estadounidense "está haciendo estragos en ese país suramericano".

Estados Unidos anunció el viernes un plan que puso en marcha en octubre pasado para capturar al presidente venezolano Nicolás Maduro en los próximos seis meses, tasando su cabeza en $15 millones, acusado de conspirar para meter droga en EEUU, el principal narco estado del mundo con 65 millones de adictos.

“Estados Unidos entiende que Maduro debe salir del poder”, dijo ayer el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una comparecencia para presentar el plan marco democrático para Venezuela.

El plan obligaría a Maduro a entregar el poder a un Consejo de Estado de cinco miembros, con atribuciones del Poder Ejecutivo, el cual gobernaría hasta la realización de elecciones generales en un plazo máximo de 12 meses. Ni Maduro ni Guaidó serían parte de ese cuerpo colegiado. El plan se tropieza además con el hecho de que las figuras a las que recurre no están establecidas en la Constitución de la nación caribeña que ha sido sometida a sanciones económicas devastadoras desde hace 9 años.

“Guaidó absolutamente podría ser candidato en una elecciones presidenciales”, subrayó Pompeo.

La propuesta de Washington sigue el esquema de las frustradas negociaciones en 1989 entre el enviado de Washington a Panamá, Mike Kozak –hasta hace un par de semanas secretario adjunto del Departamento de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental– y Manuel Noriega que a diferencia de Maduro había tomado el poder mediante un golpe apoyado por EEUU para cuyos servicios de inteligencia trabajaba. Noriega ayudó a Elliot Abrams a comprar droga al Cartel de Medellin para exportarla de EEUU y con el dinero de la venta comprar armas para la Contra Nicargüense.

Esas negociaciones incluían la salida de Noriega del poder, la reestructuración del alto mando militar, el retiro de las imputaciones en su contra ante la justicia estadounidense, un autoexilio en el exterior y la conformación de un gobierno de unidad nacional con todas las fuerzas políticas que preparara elecciones presidenciales en un corto plazo. Después de instalado el nuevo gobierno, Noriega podría regresar al país como un ciudadano más.

Panamá vivió los horrores de la invasión militar estadounidense, más de 5 mil muertos en las primeras horas de la invasión y el desmantelamiento de las Fuerzas Armadas.

Papel de Rusia
En la nueva dinámica hacia Venezuela, Trump pidió el lunes a su homólogo ruso Vladimir Putin, el principal aliado internacional de Venezeual, que contribuya a una transición “que acabe con la crisis actual”.

La Casa Blanca, al mismo tiempo, considera que la millonaria recompensa, que puede aumentar en las próximas semanas, será “un incentivo” para que el entorno de Maduro lo traicione. Deja, sin embargo, abierta la puerta para una posible negociación, pero únicamente para establecer los pasos para que el presidente abandone el poder. Si no aprovechan la oportunidad “se arrepentirán dentro de seis meses”, dijo un alto funcionario estadounidense, citado por la agencia EFE.

Maduro calificó de “miserables, infundadas y vulgares”, las acusaciones de Washington.

Fuentes oficiales citadas por el ABC descartaron una invasión militar estadounidense a Venezuela para detener a Maduro. “Pero caben otras operaciones quirúrgicas que pueden llevar al mismo resultado”, aseguró el diario madrileño, caracterizado por su amarillismo.

Las operaciones quirúrgicas hacen recordar al dron estadounidense que en enero pasado asesinó general iraní Qasem Soleimani, comandante del grupo élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán.

"EEUU se consolida entonces como el país que asesina dirigentes incómodos en el mundo, una especie de potencia terrorista contra la humanidad que no se arrodilla a sus designios" dice un analista consultado que prefirió el anonimato por temor a represalias.