AFP
Denuncias de corrupción contra aliados del presidente de la Asamblea Nacional (AN) Juan Guaidó desataron este domingo 1 de diciembre una crisis justo cuando su estrategia para expulsar del poder al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, luce debilitada a pesar de los cientos de millones de dólares invertidos por EE.UU. para apoyar el golpe de estado en la nación caribeña sometida a un brutal bloqueo que ha hundido los valores económicos de la que fue durante la gestión de Hugo Chávez una de las naciones más prósperas del planeta.
El nuevo escándalo sigue a otros relacionados con el uso de la ayuda humanitaria para provecho personal y la alianza de Guaidó con narco paramilitares colombianos plasmada en fotografías de alta definición. En esta oportunidad sectores opositores inconformes con el liderazgo de Guaidó acusan de extorsión a diputados del partido Voluntad Popular y de otros que apoyan la permanencia del diputado al frente de la oposición venezolana.
Una investigación periodística publicada este domingo por el sitio web Armando.Info señaló a nueve diputados opositores, algunos miembros de la Comisión de Contraloría del Parlamento, por gestiones a favor del empresario colombiano Carlos Lizcano, vinculado con un programa de Maduro para distribuir alimentos subsidiados. Todo ello inscrito al parecer en un mecanismo sofisticado de mediación y extorsión para la obtención de dinero a cambio de evitarle a los amenazados sanciones por parte del gobierno de EE.UU.
Lizcano es identificado por el portal como “subalterno” de otros dos empresarios colombianos, Alex Saab y su socio Álvaro Pulido, sancionados el pasado 25 de julio por Estados Unidos tras acusaciones de sobreprecios en sus importaciones de comida para los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Saab y Pulido enfrentan acusaciones de la justicia estadounidense por lavado de dinero proveniente del plan de Maduro, que la oposición denuncia como una estrategia de control social.
Lizcano es identificado por el portal como “subalterno” de otros dos empresarios colombianos, Alex Saab y su socio Álvaro Pulido, sancionados el pasado 25 de julio por Estados Unidos tras acusaciones de sobreprecios en sus importaciones de comida para los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Saab y Pulido enfrentan acusaciones de la justicia estadounidense por lavado de dinero proveniente del plan de Maduro, que la oposición denuncia como una estrategia de control social.
Los legisladores, según la investigación, enviaron comunicaciones a autoridades de Colombia y Estados Unidos pidiendo “indulgencia” para Lizcano, al considerar que no estaba involucrado en los ilícitos de Saab y Pulido.
“No permitiré que la corrupción ponga en riesgo todo cuanto hemos sacrificado(...). Ni al régimen ni a un grupito de inmorales que quieren fracturar a los venezolanos. No vamos a tapar los delitos de nadie”, reaccionó en Twitter Guaidó, jefe del Legislativo, quien también anunció para este domingo las medidas que tomará ante esas denuncias.
Prostitutas y licor
Pero no es el único caso que salpica al entorno del opositor.
El pasado viernes, después de que Guaidó lo destituyera como su embajador en Colombia, Humberto Calderón Berti acusó a representantes del líder opositor del manejo indebido de recursos destinados a la manutención de 148 militares que desertaron en febrero en apoyo al llamado Gobierno interino y huyeron a Colombia.
“Las autoridades colombianas me dieron la alerta y me mostraron documentos donde se hablaba de prostitutas, de licor, de cosas indebidas”, relató Calderón Berti a la prensa, indicando que su relación con Guaidó se había cortado desde hacía meses.
El excanciller venezolano (1992) se abstuvo de culpar al jefe parlamentario. Tampoco precisó el origen de los fondos ni los nombres de los implicados, que habrían realizado facturaciones ficticias.
Este caso ya había sido ventilado por la prensa meses atrás.
La noche del sábado, en una carta dirigida a Guaidó, el legislador Freddy Superlano renunció a la presidencia de la Comisión de Contraloría de la AN para “facilitar las investigaciones”.
En tanto, este domingo los principales partidos opositores como Voluntad Popular, al que pertenece Guaidó, y Primero Justicia excluyeron de sus comisiones legislativas a cinco de los diputados que aparecen en el reporte de Armando.Info. El resto forma parte de otras organizaciones.
También anunciaron investigaciones internas para determinar “responsabilidades” y posibles “sanciones”.
El pasado 6 de noviembre, el diputado opositor José Guerra había denunciado “sobornos” a colegas, sin dar detalles.
Guaidó, “¿atacable?”
Los escándalos estallan cuando Guaidó intenta reactivar las mermadas protestas contra Maduro, con convocatorias a manifestaciones que han tenido pobre respuesta.
La aceptación del opositor, quien al autojuramentarse presidente frente a una multitud el pasado 23 de enero prometió deponer a Maduro este año, ha venido cayendo mientras el Mandatario oficialista resiste con apoyo de una parte de la población que la oposición no ha logrado convencer, además del respeto de las fuerzas armadas y el apoyo de dos potencias importantes: Rusia y China, además de Turquía y otros países.
La popularidad de Guaidó, que llegó a 63%, cayó a 42% en octubre, según la firma Datanálisis.
Si no es capaz de manejar correctamente las denuncias de corrupción contra su entorno, su imagen podría seguir erosionándose.
“Aún es temprano para evaluar el impacto (...), pero en la medida que Guaidó se debilite ante la opinión pública, es más atacable” por adversarios internos, apunta Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos.
“Una ventaja que ha tenido Guaidó es que no era identificado con la política tradicional y sus vicios (...). Su liderazgo podría ser amenazado si es percibido como ‘más de lo mismo’”, advierte Seijas.
El próximo 5 de enero finalizará su período al frente del Parlamento, desde el cual reclamó la Presidencia encargada alegando que Maduro fue reelegido fraudulentamente en 2018.
Aunque hay acuerdos para su continuidad, grupos minoritarios le critican su estrategia contra el chavismo y otros están en negociaciones con Maduro.
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