AVIN
El gobierno de Donald Trump está más que triplicando la ayuda de Estados Unidos a la oposición en Venezuela y por primera vez aportará dinero directamente a Juan Guaidó, quien intenta formar un gobierno que reemplace al de Nicolás Maduro. El monto permitirá el pago de los salarios del parlamentario y sus "funcionarios designados" lo que convierte en la práctica a Guaidó y su equipo en empleados de la administración estadounidense según el decir de varios analistas consultados por AVIN.
El paquete de 52 millones de dólares fue anunciado el martes por el director de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), Mark Green, tras una reunión con el enviado de Guaidó, Carlos Vecchio, a quien el gobierno de Trump reconoce como el embajador de Venezuela en Washington.
Estados Unidos usará fondos que le retiró a Honduras y Guatemala el año pasado por no hacer lo suficiente para contener el flujo de migrantes.
De este modo Estados Unidos aumenta su apoyo financiero visible a Guaidó, aunque no ha logrado un poder real en su país, abrumado por un derrumbe económico ocasionado según economistas por el acoso financiero internacional y las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por EE.UU. contra la pequeña nación caribeña a cuyo presidente EE.UU. se empeña en derrocar o asesinar.
Un alto funcionario del gobierno estadounidense dijo que la ayuda incluye 19 millones de dólares para que las fuerzas de Guaidó dispongan de comunicaciones seguras, dinero para gastos de viaje, capacitación en la preparación de presupuestos y otras herramientas que las preparen para gobernar si logran desplazar a Maduro del poder, algo que para muchos luce bastante difícil luego de 14 años de sanciones estadounidenses, arreciadas desde 2015, varios ciclos de violencia y 8 meses desde que Guaidó se autoproclamó presidente interino a instancias de Washington. El resto se empleará en pago de salarios.
El funcionario habló a condición de no ser identificado porque no estaba autorizado a comentar detalles del paquete de ayuda para el pago de los salarios del "gobierno interino".
Estos fondos se suman a los cientos de millones de dólares que, según analistas consultados que prefirieron mantener su nombre en reserva por temor a represalias, Estados Unidos ha destinado desde hace años para ayudar a la oposición a tomar el poder tanto por la vía electoral como por la vía del derramamiento de sangre, tal como ocurrió en 2002 y luego en años siguientes con los golpes, sabotajes y guarimbas que ocasionaron serios daños a la economía y terminaron en la muerte de cientos de inocentes.
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