Reuters
Las afrentas y ofensas contra los venezolanos que por razones económicas han migrado a Colombia han pasado de los ofrecimientos de "sobraos" o los calificativos de "prostitutas" a la de enemigos de la nación neogranadina. Todo ello como consecuencia de las acusaciones del gobierno uribista de Iván Duque el cual ha señalado a ciudadanos de Venezuela de estar tras las masivas protestas contra su gobierno, un asunto que no afecta a los acaudalados que han migrado pero sí a los cientos de miles que por necesidad económica han tenido que trasladarse a uno de los países más violentos y peligrosos del planeta y primer productor y exportador mundial de cocaína.
Daniels Herrera permaneció en silencio la semana pasada durante su largo camino a casa desde el trabajo en la capital colombiana, Bogotá, luego de las violentas protestas, temeroso de que su acento venezolano lo delatara.
El joven de 26 años llegó a la ciudad hace casi dos años, uno de los venezolanos que huyeron la crisis económica en la nación petrolera sometida a un bloqueo económico y a sanciones por parte de EE.UU. Miles de venezolanos en suelo neogranadino sienten que sus vidas corren peligro, según reseña Reuters.
A Herrera le habían vendido la idea de que el único país peligroso del mundo era su propio país, de manera que esta situación lo ha tomado por sorpresa la semana pasada cuando estalló la violencia durante una huelga nacional y el régimen impuso un toque de queda en toda la ciudad.
El transporte se paralizó, lo que obligó a Herrera y a dos compatriotas a caminar casi 20 kilómetros para llegar a sus hogares en el sur de Bogotá. Mientras caminaban, escucharon los murmullos entre otros viajeros frustrados.
“Tenía miedo de hablar cuando iba por la calle porque escuché muchos comentarios sobre ‘venenos de mierda, que vienen a destruir mi país’”, dijo el joven cocinero, que trabaja en un restaurante de comida rápida en un centro comercial de Bogotá. “Realmente sentí mucho miedo. Decidimos no hablar”.
Organizaciones no gubernamentales e investigadores dicen que los rumores culpando a los emigrantes venezolanos por el saqueo aislado y el vandalismo relacionado con las protestas provocaron un fuerte aumento de la xenofobia en los últimos 10 días.
Las publicaciones en las redes sociales y los mensajes reenviados en la aplicación de mensajería Whatsapp avivaron el pánico entre los residentes de Bogotá la noche del toque de queda, cuando la línea de emergencia de la ciudad se inundó con llamadas que reportaron robos residenciales que la policía dice nunca sucedieron.
Más de 3 millones de venezolanos abandonaron su país en los últimos años, huyendo de la grave escasez de alimentos y medicamentos, además de la hiperinflación, secuelas en parte de años de sanciones estadounidenses contra la industria petrolera (PDVSA viene siendo sancionada desde 2011) y las entidades financieras de la nación caribeña a cuyo presidente EE.UU. ambiciona derrocar.
“Se ha dado un aumento de la xenofobia hacia los venezolanos en estos días”, dijo Ronald Rodríguez, director del Observatorio sobre Venezuela en la Universidad de Rosario en Bogotá.
“Dentro de mi conjunto (residencial) sucedió eso y tuve la oportunidad de hablar con casi 50 de mis vecinos y todos, sin excepción, acusaron a la nacionalidad venezolana”, afirmó Rodríguez.
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