El Zuliano
En un artículo periodístico, aparecido hoy 30 de noviembre en la edición en español de RT, se analiza sobre las posibilidades, desafíos y trabas que deberá enfrentar cualquier esfuerzo orientado a la recuperación de la industria petrolera venezolana. Dado que es un tema de interés para todos los que vivimos en este país, EL ZULIANO ha decidido publicar un análisis basado en las precisiones y especulaciones que se realizan en dicho artículo.
Hace falta generar ideas para aplicar en el ambiente hostil en el cual Venezuela gestiona su economía, un asunto que no es de exclusiva competencia del gobierno pues los venezolanos en general, principales sujetos afectados, debemos expresarnos y empujar el barco en el sentido de nuestro bienestar. No debe darnos pena ni remordimiento pensar en el bien de nuestra Venezuela y en aportar en función de mejorar las condiciones de vida de quienes, con valentía y fe indoblegable en nuestras capacidades hemos aguantado el chaparrón permanenciendo en esta tierra, con la fe de las cosas concretas pues aunque algunos prefieren la oración, es la acción decidida y tenaz la que obra los milagros, como se ha cansado de probar la historia humana, siglo tras siglo.
La baja en la producción petrolera venezolana ha tenido un efecto fuerte sobre la economía venezolana, pues históricamente más del 90% de las divisas que entraban al país procedían de esa industria. Como consecuencia, se han visto fuertemente limitadas las importaciones que lleva a cabo el Estado venezolano, principalmente de insumos básicos como medicinas y alimentos.
- Uno de los golpes más duros para el país es que la arremetida de EE.UU. contra el petróleo venezolano cerró la puerta a exportaciones de cerca de 500.000 b/d a refinerías norteamericanas, lo que se traduce en pérdidas de cerca de 11.000 millones de dólares, solo en 2019. La producción petrolera nacional pasó de poco más de 2 millones de barriles diarios al momento del paquete de sanciones de Donald Trump en septiembre de 2017, a poco más de 800 mil barriles en la actualidad y altos inventarios almacenados producto de los problemas para la contratación de cargueros que transporten el petróleo venezolano, debido al temor de las navieras de ser víctimas de las sanciones estadounidenses.
Aunque, como siempre ocurre en temas tan álgidos como el que nos ocupa, las posiciones varían y los puntos de vista como tal también lo hacen, algo en lo que concuerdan todos los analistas y expertos consultados es en el hecho de que la recuperación de la producción petrolera venezolana es posible, pero en etapas, y considerando las implicaciones de las sanciones estadounidensens, el miedo que tales sanciones generan en las empresas navieras y en los potenciales compradores del petróleo venezolano en todo el planeta, al igual que el deterioro de la infraestructura y la fuga de talentos propiciada por los bajos salarios que devengan los profesionales que laboran para PDVSA, filiales y contratistas.
En tal sentido, la Cámara Petrolera Venezolana (CPV) estima que como mínimo se necesitaría invertir unos 30 mil millones de dólares para frenar la declinación en 6 meses, recuperar la producción en un lapso de un año a año y medio, sostener la producción alcanzada y con ese impulso elevarla.
"De esta forma habría una reactivación al corto, mediano y largo plazo, pero se requiere una inversión promedio de al menos 30.000 millones de dólares", explica Reinaldo Quintero, presidente de CPV, para quien la recuperación de la industria petrolera es "posible, urgente y necesaria" para levantar la economía del país, en vista de que es y ha sido su principal fuente de ingresos.
Por su parte, para el experto Carlos Mendoza Potellá, "no solamente debemos enfrentar el deterioro de las instalaciones, la fuga de cerebros, y el bloqueo norteamericano, sino que el mercado tiene unas expectativas de no crecimiento de la demanda", además de costos de extracción más bajos que los de la industria petrolera venezolana.
Para sortear con éxito los problemas actuales por los que atraviesa la industria petrolera venezolana, algunos expertos consideran necesario realizar profundos cambios a corto plazo en los esquemas de gestión, asociación e inversión. Tal es lo que propone el especialista David Paravisini, para quien Venezuela debe mantener la apertura a los capitales chinos, rusos y de otros países con capacidad de inversión, abandonar el monopolio estatal del negocio y abrir espacio para iniciativas privadas nacionales e internacionales, poniendo el acento en el fortalecimiento del ministerio del ramo, el cual se encargaría de fiscalizar y ajustar la producción de crudo al tamaño real de nuestra economía.
"A la par se debe insistir en usar la criptomoneda el Petro como forma de pago interna y externa; impulsar la producción nacional comunal, privada y estatal; normalizar el pago de los servicios y nivelar los salarios de los trabajadores", agrega Paravisini.
"Nos toca desarrollar la agricultura, ganadería, turismo, pero jamás la minería porque ahora hay un sueño malévolo de que vamos a encontrar minas de diamantes y oro que van a sustituir al petróleo en su condición de renta", asegura reflexivo Mendoza Potellá, para quien colocar la minería como opción para enfrentar la complicada situación actual no es lo correcto.
El plan 2020 de PDVSA según sus documentos oficiales es elevar su producción de petróleo a 1,2 millones b/d, pese a las sanciones. Sin embargo, no detalla la fórmula en que la compañía planea cumplir este objetivo.
Como indica la nota de RT, el año 2020 será crucial para develar la manera en la que el Estado venezolano pretende frenar el declive y recuperar producción, no obstante el enorme daño que continuarán infligiendo las sanciones y el bloqueo estadounidense a la República y su industria petrolera.
Como indica la nota de RT, el año 2020 será crucial para develar la manera en la que el Estado venezolano pretende frenar el declive y recuperar producción, no obstante el enorme daño que continuarán infligiendo las sanciones y el bloqueo estadounidense a la República y su industria petrolera.
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